¿Para qué se evalúa? Si ya conocemos a los alumnos de todos modos. ¡Es muy tedioso evaluar! ¡Es pérdida de tiempo! estas son algunas de las afirmaciones que me ha tocado escuchar dentro de las reuniones de consejo técnico y en algunas charlas con otros colegas docentes; muchos comparten estas opiniones con respecto a las evoluciones ¿pero estarán en lo correcto.? En lo personal considero necesario las evaluaciones, debido a que esta son permiten ir midiendo el avance que van logrando nuestros alumnos dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje; claro que algunas ocasiones se tienen tantas actividades y proyectos escolares, que sentimos que es demasiado trabajo y a eso agregamos la “mentada” semana de evaluaciones(que es un error porque se debe evaluar a diario), sentimos la presión de todo el trabajo.
“La evaluación es un análisis estructurado y reflexivo, que permite comprender la naturaleza del objeto de estudio y emitir juicios de valor sobre el mismo, proporcionando información para ayudar a mejorar y ajustar la acción educativa” Ruiz (1998). Es un concentrado de evidencias (fortalezas, cualidades, debilidades y obstáculos que se van generando de forma individual y grupal) que permiten al docente obtener información valiosa del desempeño de los alumnos en relación de los objetivos planteados al inicio del curso.
Dentro del texto titulado “Dime cómo evalúas y te diréque tipo de profesional y de persona eres” rescato lo siguiente:
El doble valor del conocimiento académico:
- Valor de uso (es decir, es útil, tiene sentido, posee relevancia y significación, despierta, interés, genera motivación….)
- Valor de cambio: (es decir, se puede canjear por una calificación, o por una nota).
Cuando predomina el valor de uso, lo importante de verdad es el aprendizaje que el alumno alcanzo. Por lo contrario cuando solo se desea conseguir el valor de cambio lo único que interesa en verdad es aprobar la asignatura, ciclo o materia.
En efecto, esto lo podemos observar con tanta facilidad dentro de las aulas de clase, existen alumnos que se prepararan solo por aprobar el examen o realizar una buena exposición, pero el resto del ciclo no prestan atención a las lecciones, no participan, no cumplen con tareas, no muestran interés por los nuevos aprendizajes. Por eso la necesidad de no solo evaluar en un tiempo determinado por ejemplo “la semana de evaluación”. Las evaluaciones se deben realizar de forma consecutiva desde que inicia el ciclo escolar hasta que este termina, claro que debido al plan y programas que manejada cada institución las evaluaciones se entregan de forma bimestral o trimestral, pero esta división debemos utilizarla los docentes para evaluar no solo a los alumnos, sino los métodos, estrategias y técnicas de aprendizaje que estamos utilizando y desechar las que no estén funcionando y así poder ampliar nuestro herramientas de enseñanza.
Dentro de mi práctica educativa, evalúo a mis alumnos de dos formas diferentes cualitativa y cuantitativa; porque no solamente una calificación mide el aprendizaje, obtenido por los alumnos también se deben empleae otro factores, tales como los que plantea el FODA (las actitudes, fortalezas, las amenazas y las debilidades) que este presenta y de ahí partir para poder apoyarlo y así logre cumplir con los objetivos plasmados al inicio del curso.
Observemos entonces la evaluación como un proceso de evolución y cambio, tanto para el docente como para los alumnos.
Lic. Arantza Paulina López Gómez.